EL SUICIDIO QUE CONMOCIONA A CHILE

El suicidio de Antonia Barra (21 años) paraliza en estos días a Chile. Ayer, en las calles del país vecino sonaron las cacerolas de miles de personas que, en medio de la pandemia, rechazaron el accionar machista de la justicia chilena. La historia de Antonia se vuelve paradigmática ya que la joven tomó la decisión de quitarse la vida luego de ser abusada por Martin Pradenas, un joven de 28 años.

La noche del 17 de septiembre lxs implicadxs se conocieron en un boliche. La mañana siguiente, la víctima despertó en una cabaña en Pucón, al sur de Chile, con el abusador encima de ella. Después de gritarle que se quitara, Antonia se vistió y salió del lugar. En un video que se dio a conocer por los medios y que fue extraído de una de las cámaras de seguridad de un supermercado cercano a la cabaña donde estaba alojado el acusado y sus amigos, se ve cómo Antonia, en un estado de ebriedad, se niega y es arrastrada por Pradenas a la habitación donde se consumó la violación.

La familia de la víctima sostiene que el abusador previamente la drogó en el boliche. El caso volvió a tomar relevancia a partir del 21 de julio cuando comenzó el juicio. Ayer, el juez del caso, Federico Gutiérrez, determinó que existen fundamentos para acreditar una violación, pero revocó la petición de la Fiscalía de decretar la prisión preventiva del acusado y se le otorgó el arresto domiciliario.

Las pruebas de la causa se extraen del celular de Antonia, quien horas después de lo sucedido envió mensajes de voz, sumida en llanto y desesperada, a una de sus amigas para pedir que la auxiliara. La víctima en su momento no quiso hacer la denuncia por miedo a lo que piense su familia. Un mes después, Antonia llamó por teléfono a su exnovio, Rodrigo Canario, para contarle lo sucedido. Canario la maltrató. Al día siguiente, Antonia le envió un último mensaje despidiéndose y se suicidó.


Hay detalles que asombran: Martín Pradenas anteriormente tenía cinco denuncias por abuso sexual a otras jóvenes. Dos de ellas ocurrieron entre 2010 y 2014 y fue sobreseído por prescripción ya que en Chile los delitos de este tipo son desestimados pasado los cinco años. El domingo pasado, el abusador publicó una entrevista en donde se excusa del abuso alegando: “Ella en cualquier momento podría haberse ido”.


Los medios utilizaron el estereotipo de mujer, como sucedió en Argentina con el caso de Melina Romero, para construir la imagen de la “mala víctima” acusando de que ella lo provocó. El movimiento de mujeres salió a la calle, se manifestó frente a la casa del abusador y rechazó contundentemente la decisión de la justicia. Otra vez se hizo escuchar el famoso canto “el violador eres tu”.

Por Revista Sudestada