Con una amplia mayoría pero sin debate, el Senado sancionó la ley que pospone por cinco semanas las elecciones legislativas. Fruto de un acuerdo político entre el oficialismo y los bloques de la oposición, el proyecto posterga “por única vez” las PASO y las elecciones legislativas para el 12 de septiembre y 14 de noviembre, respectivamente.
Con algunos inconvenientes técnicos que dificultaron la comunicación, la Cámara Alta sancionó también la reforma del impuesto a las Ganancias para empresas y la ley de Fortalecimiento del Sistema de Bomberos Voluntarios. A su vez, con un debate centrado en la interna Ciudad-Nación, el oficialismo logró aprobar el último DNU presidencial con las restricciones por la pandemia.
“Fue muy importante haber logrado un acuerdo porque con esta ley no solo se preserva la salud de la población, teniendo en cuenta que este año 19 millones de personas están habilitadas a votar, sino que también se garantizan los derechos políticos de los ciudadanas y ciudadanos así como los derechos subjetivos de los partidos políticos”, destacó la senadora del Frente de Todos, María de los Ángeles Sacnún, a Página 12, luego de que se aprobara, con 55 votos a favor y 3 en contra, la iniciativa que posterga por única vez el calendario electoral. Debido a una serie de problemas de conexión y al hecho que el proyecto llegaba al recinto como resultado de un común acuerdo entre todos los bloques, el aplazamiento de las elecciones fue finalmente sancionado en unos pocos minutos sin ningún tipo de debate. “Esto nos permitirá ganar cinco semanas y seguir avanzando con la campaña de vacunación más grande la historia”, manifestó el ministro del Interior y principal gestor del acuerdo político, Eduardo “Wado” de Pedro, quien siguió la votación desde el recinto.
El Senado también sancionó, con 36 votos afirmativos y 26 negativos, el proyecto de reforma del impuesto a las Ganancias para empresas, el cual incorpora tasas diferenciales de tributación para las sociedades, reduciendo de un 30 a un 25 por ciento el impuesto para aquellas empresas con ganancias menores a cinco millones, manteniendo el 30 por ciento para aquellas que ganan hasta 20 millones, y aumentando a un 35 por ciento a las empresas que superan los 20 millones. “Por primera vez en esta ley el impuesto que se está aplicando es progresivo”, sostuvo Carlos Caserio, quien explicó que, con esta modificación, el 95 por ciento del plus tributario sería aportado por las empresas más grandes, que representan el 4 por ciento del total de 139 mil empresas que hay en el país. El debate estuvo atravesado por algunos problemas técnicos de comunicación que llevaron a varios chistes y cargadas. En un momento, mientras se intentaba conectar con Roberto Basualdo, Caserio preguntó si se lo había podido escuchar y Oscar Parrilli le respondió, riéndose: “Tanto que convenciste a los de Cambiemos para que voten a favor”.
El bloque de JxC se opuso al proyecto alegando que el mismo “espantaría a las inversiones”. “Con este proyecto vamos a profundizar el sesgo anti inversión que hay en la Argentina”, denunció Martín Lousteau, quien cuestionó que la reforma implicaría un “aumento de la presión tributaria sobre el aparato productivo”. “Estamos dando un paso muy importante a la sostenibilidad de nuestra economía y a la justicia tributaria. Esto busca una consolidación hacia un sistema tributario mas justo, promoviendo un alivio en la carga tributaria en la mayoría de las empresas de la Argentina y poniendo una mayor carga tributaria a una inmensa minoría”, destacó, por otro lado, Anabel Fernández Sagasti, y les recriminó a los legisladores de JxC que “las recetas que propusieron ya se probaron y no resultaron. “Fracasó no cobrarle impuesto a los ricos”, finalizó. El ministro de Economía, Martín Guzmán, mientras tanto, observó el desarrollo de la sesión desde los palcos.
Uno de los momentos más tensos del debate se dio durante el tratamiento del ratificación del DNU 334, el cual prorroga hasta el 11 de junio los alcances del anterior decreto e incorpora nuevas restricciones para aquellas jurisdicciones que se encuentran en alarma epidemiológica. El decreto presidencial fue aprobado con el apoyo del oficialismo y, como ya es costumbre, el debate terminó centrándose en la disputa entre la Ciudad de Buenos Aires y el gobierno nacional por las restricciones. “Este decreto intenta establecer reglas claras y objetivas que despejen lógicas electoralistas que colaron en la discusión. Acá hay un jefe de gobierno que lanzó su campaña a presidente que entendió que le venía bien quedar bien con lo anticuarentena”, disparó el senador porteño, Mariano Recalde, y denunció que la Ciudad “evidenció el más rotundo fracaso en la política de combate a la pandemia”.
“Les agarró un ataque de presencialidad. De presencialidad, porque a la educación la vapulearon”, finalizó Recalde, cuyo discurso daba cierre al debate, pero la senadora del Pro Guadalupe Tagliaferri decidió levantar el guante y solicitó intervenir porque se había sentido aludida “por porteña”. En ese momento, el jefe del bloque del Frente de Todos, José Mayans, interrumpió a los gritos y sostuvo que “era vergonzoso”: “No se puede usar esa artimaña porque quiere tener la última palabra. Esto es una deslealtad parlamentaria”, se quejó. Claudia Ledesma Abdala, que en ese momento estaba conduciendo la sesión, terminó cediéndole la palabra a Tagliaferri, quien sólo atendió a decir que ella estaba “orgullosa de haber dicho que para nosotros, en la educación, cada día cuenta”.
Ley de bomberos
La sesión empezó entre risas, con la presidenta del Senado, Cristina Fernández, retando a uno de los senadores que estaba con el celular y reclamándole que la distraía. Una de las primeras votaciones incluyó sumar al tratamiento sobre tablas de la ley fortalecimiento del Sistema Nacional de Bomberos Voluntarios, que ya tenía media sanción en Diputados, para así poder sancionarla en el día de los Bomberos Voluntarios. El proyecto, que fue aprobado por unanimidad, crea un régimen tarifario especial gratuito para todos los servicios públicos (energía eléctrica, gas, telefonía fija, conexión desagües cloacales, etc) y la devolución del IVA para las compras de los cuarteles de bomberos. “Este sistema solidario es lo que nos hace pensar con cada vez más ganas en una Argentina grande, noble, participativa y solidaria”, sostuvo el miembro informante del Frente de Todos, Maurice Closs, cuyo nombre Cristina se confundió al comienzo de la sesión con el del senador Carlos Caserio. “Estoy distraída, lo reconozco”, admitió riéndose.