Un devastador sismo de magnitud 6,0 sacudió el este de Afganistán en la noche del domingo 31 de agosto, con epicentro a 27 km al este de Jalalabad y a unos 8 km de profundidad.
Según informó el portavoz del gobierno, Zabihullah Mujahid, el terremoto dejó al menos 812 muertos y 2.817 heridos, de acuerdo con datos difundidos por la agencia local Khaama Press.
Las provincias más afectadas fueron Kunar y Nangarhar, donde aldeas enteras colapsaron, además de daños en Laghman y Nuristán. Las tareas de rescate enfrentan enormes dificultades debido a derrumbes, caminos bloqueados y fallas en las comunicaciones.
Helicópteros y equipos militares lograron evacuar a heridos y recuperar cuerpos, aunque el acceso a zonas montañosas y remotas sigue siendo crítico.
En medio de una grave crisis humanitaria, el gobierno talibán pidió ayuda internacional urgente. Aunque ya comenzó a llegar asistencia, los recursos son insuficientes: más de la mitad de la población afgana necesita apoyo para sobrevivir, mientras la comunidad global aún no responde con la magnitud necesaria.